Autonomia_docente
Orientación educativa

Decisiones

Elizabeth Vargas Guzmán


En la búsqueda de una autonomía docente

El logro de la autonomía docente es uno de los nuevos retos que nos está imponiendo la SEP como resultado de esta pandemia, y digo reto, pues se requiere que como docentes nos sumerjamos en algo a lo que muchos le tenemos miedo: la tecnología.

De la noche a la mañana fuimos bombardeados por mucha información acerca de ciertas plataformas, llegaron los famosos correos institucionales en los que se nos requirió ver “Webinars”, para el manejo de aplicaciones que hasta ese momento no había sido necesario utilizar o ni sabíamos de su existencia; todo esto sin tomar en cuenta si teníamos conocimientos previos sobre ello, si contábamos con lo necesario para acceder al internet o si éramos capaces de manejar bien un equipo de cómputo.

La realidad de muchos docentes es que en casa sólo hay una computadora que se comparte con los hijos; los megas de internet son los mínimos en un plan apenas accesible para pagarse mensualmente, y los espacios en las casas para lograr el desarrollo de una clase, son los mismos que se ocupan para que los hijos desayunen o descansen.

Se habla mucho de la realidad del alumno, pero la realidad del docente tampoco es fácil y, sin embargo, lo logramos.

En mi experiencia, fue necesario darme a la tarea de innovar, buscando alternativas para ofrecer a mis alumnos espacios más digeribles para recibir mis clases; eso implicó noches de desvelo e inversión de tiempo familiar, que es irremplazable, e indagar sobre el uso y manejo de Google Clasroom, aunque decidirme a usar esta plataforma me trajo ventajas y desventajas. En ella pude subir mis actividades, gestionarlas y evaluarlas; me permitió la retroalimentación, mantener cierta comunicación con mis alumnos e incluso, recibir comentarios favorables de padres de familia. De las desventajas solo menciono el mal uso que diversos alumnos le dieron al escribir comentarios por ociosidad, y algunas faltas de respeto.

Fue una experiencia útil y enriquecedora. Aunque aprendí bastante, también resultó frustrante que algunos alumnos no la supieran aprovechar.

Al reflexionar en ello me doy cuenta de que hay que tener cuidado con estas herramientas y establecer, lo mismo que en el aula, ciertos límites para evitar ser víctima de contratiempos.

Desde mi perspectiva, la autonomía docente es una oportunidad para innovar y crear usando los conocimientos que ya tenemos, o enfrentarnos a nuevos para lograr nuestros propósitos educativos. Si bien hay que diseñar estrategias que permitan que los aprendizajes lleguen a los alumnos, tomando en cuenta sus contextos, su realidad, sus carencias, requerimos también cubrir todos los aspectos académicos y la valoración de los alumnos, pero no al vapor, como nos lo están exigiendo las autoridades en estos tiempos.

El desarrollo profesional es el resultado de esa autonomía y permite un crecimiento de nuestras expectativas educacionales, pero, además, requiere de nuestra toma de decisiones, pues sólo el propio compromiso moral y ético nos impulsará a cruzar la brecha que sabemos que existe.

Profesor: si estás ávido de conocimientos y crecimiento, no lo pensarás dos veces. Pero recuerda: lo que logres debe ser por un esfuerzo propio y para la satisfacción tuya y la de tus alumnos. Eso cuenta más que la mera obligación impuesta por el servicio.

Elizabeth Vargas Guzmán
Profesora de Ciencias en Secundaria

Tania Hdez O. 05 de Agosto de 2020 15:47

El último párrafo… en mi experiencia: quise innovar y encomendarme a mi subdirectora académica y la respuesta que obtuve fue un escueto “suerte”… entendí que me había equivocado al consultarle y que tenía que hacerlo por mi propia cuenta, así fue y los resultados que obtuve fueron geniales, mi satisfacción y el aprecio de mis alumnos por mi trabajo los guardaré por siempre.

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