G. Arturo Limón D.
Dedicado a los niños que hoy sufren la separación forzada de sus padres al llegar a un territorio que les es ajeno cuyo único pecado es buscar mejorar sus vidas, ellos son importantes y siempre nos han de doler estos que son nuestros hermanos y en los que más vale que desde ya, nos veamos todos, como humanos.
No ofrezco disculpa a los ambles lectores, sino solo explicación del porqué de la aspereza de la palabra que uso para el título de mi colaboración y para ello acudo al diccionario que define así el termino como; “Pérdida de la moderación y la medida en el comportamiento.
Y de manera coloquial; “Falta de orden o de dirección en algo que debería tenerlos”
Tome usted amable lector, la acepción de la palabra que crea acomoda mejor a la situación, pero acompáñeme a la reflexión, sabiendo que; no hay quizás evento más doloroso y traumático del mundo para un niño es separarlo de su madre y no siempre se supera si lo duda solo vaya a un primer día de clases a cualquier Jardín de Niños y es sólo un día que podemos decir de los casi 2000 niños que ahora se desconoce a ciencia cierta su paradero y los cuales fueron separados por esta estúpida ley .
Si porque esta es la tragedia que están viviendo decenas cientos y ya miles de seres que desde que inicio del plan Tolerancia Cero, a principios de mayo pasado , se ha separado a 2.300 niños de 1.940 adultos en la frontera. La medida ha escalado de tal forma que, según datos de la Administración de Trump, los refugios están al 95% de su capacidad. “Si no quieren que pase esto, no traigan niños con ustedes”, les reprochó hace unos días el fiscal general, Jeff Sessions. Lo que ha sido interpretado como un órdago a los demócratas para sacar adelante una nueva ley migratoria, es también un mensaje contundente hacia cualquiera que pretenda intentarlo.
Esta es parte de la trama una pugna sorda entre dos partidos por hacer del mercado de la migración un espacio de obtención de votos,
Así vemos y leemos reportes que señalan que;
“No hay precedentes de una política de ese tipo a gran escala. La Administración republicana tiene cada vez menos camas para acoger a tantos inmigrantes, ha empezado a trasladar adultos a prisiones y sopesa levantar campamentos masivos en bases militares. Trump volvió a decir hace un par de semanas que “odia” que padres e hijos sean separados y a culpar falsamentea los demócratas de “forzarlo por ley”. La realidad es que el Gobierno actúa unilateralmente. El Comité de Derechos Humanos de la ONU (del cual se ha separado Estados Unidos apenas en la semana que recién concluye) ha tildado la nueva política de “seria violación de los derechos de los niños”. Organizaciones sociales tratan de frenarla en los tribunales y cada vez hay más voces que denuncian la inmoralidad de que el país más rico del mundo y nacido de la inmigración actúe con tal crueldad.”
Podríamos referir los múltiples casos que se reportan en Casa Padre, un antiguo hipermercado Walmart reconvertido en gigantesco centro de acogida en Brownsville (Texas), junto a la frontera con México, enmascara el trauma del feroz viaje hasta Estados Unidos y dulcifica la angustia por un futuro incierto. En poco tiempo, los casi 1.500 inmigrantes indocumentados menores de edad que hay en el albergue, el mayor de ese tipo en EE UU, sabrán si serán expulsados del país o podrán quedarse a la espera de resolver su situación judicial. Y alrededor de una cuarta parte tiene una preocupación mucho más acuciante: llegaron a la frontera con sus padres pero, al ser detenidos, fueron separados de ellos haciéndose…
El Gobierno tiene bajo custodia a 11.351 menores inmigrantes en un centenar de centros, según los últimos datos, que no especifican cuántos fueron separados de sus parientes. El número de chicos en custodia creció un 20% entre abril y mayo. Los menores abandonan los refugios una vez se encuentra un familiar en el país o una familia de adopción. Estarán con ellos hasta que un juez resuelva si pueden quedarse o no en EE UU. Sin embargo, Servicios Sociales reconoció en abril haber perdido la pista de unos 1.500 niños porque sus tutores no contestaron al teléfono. Hay quienes esgrimen que no responden porque la mayoría de familiares son inmigrantes indocumentados o porque quieren evitar que los chicos se presenten ante el juez.
La saturación es palpable en Casa Padre, que abrió en marzo de 2017 tras reconvertir un antiguo hipermercado Walmart de 2,3 hectáreas. En cada una de las 313 habitaciones había cuatro camas pero se ha añadido una plegable para una quinta persona
En habitaciones y pasillos, hay un reguero de mensajes de motivación y patriotismo. “Imagina las posibilidades de la vida”, “América, la preciosa”, rezan algunos. Hay murales con frases de presidentes estadounidenses, incluido Trump…
Era un drama silencioso, alejado de los focos. Pero ha acabado por estallarle a Donald Trump por su afán de utilizar al Partido Demócrata en su cruzada contra la inmigración irregular. La separación de cientos de familias de inmigrantes indocumentados en la frontera se ha convertido en una nueva tormenta política para el presidente estadounidense quien la trato de enmendar con la firma el día 20 de junio de un decreto para poner fin a la separación de las familias de inmigrantes indocumentados en la frontera. Tras la avalancha de críticas por su política de “tolerancia cero aunque ahí mismo subrayó que la lucha contra la inmigración ilegal continuará “igualmente dura, si no más”. ““No nos gusta ver a las familias separadas.
Al mismo tiempo, no nos gusta que la gente entre ilegalmente en nuestro país. Esto resuelve el problema”, dijo el mandatario durante la firma del decreto en la Oficina Oval, luego de insistir durante semanas en que estaba obligado por ley a apartar a los niños de sus padres. “Creo que cualquiera con un corazón podría actuar de la misma manera”, agregó; también señaló que su hija Ivanka y su esposa Melania tenían sentimientos “muy fuertes” sobre el tema. Ivanka no hizo ningún comentario público, pero Trump dijo a legisladores el martes pasado que su hija le había planteado el problema, según CNN y The Washington Post. http://www.milenio.com/internacional/estados-unidos/trump-recula
Factor de influencia pudo ser también que:
“En un restaurante mexicano en Washington, diversos manifestantes se enfrentaron con la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, quien minutos antes abogara por la separación de aproximadamente 2 mil niños migrantes de sus padres en la frontera de México y Estados Unidos, de acuerdo con CNBC.
Un video captó el momento en que la secretaria de Seguridad Nacional fue abucheada y criticada por la política de ‘cero tolerancia’ del presidente estadunidense Donald Trump y ella, al no tener otra opción, tuvo que retirarse del restaurante.
El video de 11 minutos fue publicado por los Socialistas Democráticos de Estados Unidos. excelsior.com.mx/global/corren-de-restaurante-mexicano-a-la-secretaria-de-seguridad-nacional-de-eu/1246825
Kirstjen Nielsen ha sido el rostro público de la política de separación de la familia migrante de la administración Trump desde que apareció en una conferencia de prensa el lunes para defenderla.
Ella remarcó el lunes que el gobierno (de Estados Unidos) no pedirá “disculpas” en un discurso ante la Asociación Nacional de Sheriffs en Nueva Orleans.
Este gobierno tiene un mensaje sencillo: Si cruzas la frontera de manera ilegal, serás procesado”, subrayó.”
Y esta fue la respuesta que recibió.
Al día siguiente el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó la orden de inmigración acompañado del vicepresidente, Mike Pence, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirtsjen Nielsen, en la Casa Blanca.
Luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara que firmaría “algo” para evitar la separación de familias migrantes, la tarde de este miércoles firmó un decreto que pondría fin a esta situación por la que recibió fuertes críticas en todo el mundo.
El suyo iba a ser un caso más de los muchos de los que se ocupa la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, una más de las familias inmigrantes indocumentadas capturadas en la zona de McAllen, Texas, uno de los puntos calientes de la frontera con México.
Pero el objetivo de un fotógrafo lo convirtió en un símbolo del drama de los niños separados de sus padres.
El desesperado llanto de los niños separados de sus padres inmigrantes en la frontera de EE.UU.
El fotoperiodista John Moore, corresponsal especial de Getty Images, captó el llanto desconsolado de una niña de dos años que mira entre sollozos al agente que ha detenido a su madre y le ha pedido la identificación.
En plena polémica por la política de separar a los menores migrantes de los adultos con los que han entrado irregularmente en territorio estadounidense, la imagen se hizo viral y sirvió para que arreciaran las críticas a la política migratoria impuesta por Donald Trump.
En conversación con BBC Mundo, Moore explicó que apenas tuvo tiempo para algo más que disparar su cámara en mitad de esa noche texana.
“Me hubiera gustado hablar más tiempo con ella, pero no pude. Me contó que habían llegado desde Honduras y que llevaba viajando un mes entero con su hija de dos años”.
“La mujer tendría unos 30 años de edad y llevaba a su hija en brazos. Los agentes de la Patrulla le pidieron que la dejara en el suelo para proceder a su identificación y cachearla, y la niña rompió a llorar”.
Moore lleva más de diez años cubriendo el asunto de la inmigración irregular en la frontera sur de Estados Unidos y ha trabajado en lugares como Pakistán o Medio Oriente, pero aquello le impresionó.
“Tuve que parar y respirar un poco por la emoción. Soy un periodista y un padre, tengo dos hijas y un niño de solo 3 años. Sé que la ansiedad por separación es común en niños de esa edad. Este caso me hizo ver esa situación llevada al extremo”, explica.
Foto: John Moore).
La certeza de que la niña que captó con su cámara iba a ser separada de su madre debido a las nuevas directrices del gobierno federal estadounidense lo hizo aún más difícil para Moore.
“He visto esto muchas veces, pero esta vez fue emocionalmente más intenso”, asegura.
“Había visto muchas cosas”
Aquello fue el final de una dura jornada de trabajo para Moore, que hacía su trabajo empotrado en una unidad la Patrulla Fronteriza, y del viaje de la madre e hija migrantes.
“La foto la tomé casi a medianoche, cuando llevaba ya desde las tres de la tarde con la patrulla. Ya había visto cómo se perseguía a inmigrantes con perros y helicópteros a través de los campos de cañas… había visto muchas cosas”.
Según el relato de Moore, estas personas acabaron agrupándose al caer la noche en un lugar cercano a McAllen conocido como El Rincón.
“Es un lugar al que acuden frecuentemente las familias que piensan pedir asilo en Estados Unidos”, indica.
“Esa gente tenía mucho miedo. La mayoría eran mujeres y niños, todos centroamericanos que habían estado viajando desde muy lejos. Muchos estaban agotados, tenían sueño y ansiedad”.
No habían venido juntos, pero se habían unido para continuar su periplo ya en Estados Unidos.
“Aunque en el lado estadounidense de la frontera ya no hay peligro, para ellos es nuevo y aterrador seguir caminando en la oscuridad, por lo que prefieren hacer el viaje juntos”.
Fue en una calle sin asfaltar de ese paraje donde los agentes fronterizos a los que Moore acompañaba donde la niña y su madre fueron detectadas y retenidas.
“Los juntaron a todos, les pidieron la documentación y los cachearon antes de trasladarlos a centros de detención”, recuerda Moore.
…Completada la identificación, los subieron en vehículos en los que se los trasladaría a los centros de retención.
Fue la última vez que Moore vio a la niña de la fotografía.*
A raíz de voces que se han alzado en el ámbito mundial el gobierno de Donald Trump ha sido criticado tanto en su propio país como por parte de otros países y organismos internacionales cuando fueron exhibidas de las condiciones en las que permanecen detenidos los migrantes, hombres, mujeres y niños por separado el recular aparente en su actuar no da mucha garantía pero si muestra que la opinión pública al interior con la crítica a la directora de Seguridad Nacional a quien se expulsa de un restaurant, la presión familiar ejercida sobre Trump por su hija y esposa y sobre todo la evidente deshumanización que bien refleja la indiferencia retratada ante el llanto de la niña y la portada del Time nos hace saber y poder decir al inquilino de la Casa blanca que ya deje de cebarse sobre nuestra gente, Basta si no hay gobierno digno que lo ponga en su lugar a nivel de cancillerías de Latinoamérica hacemos ciudadanos que con dignidad le exigimos desde espacio como este que frene su hostilidad ante nuestra gente y en particular sobre nuestros niños y jóvenes, porque ante so si somos intolerantes y le decimos no sólo de viva voz, sino lo expresamos con la rudeza necesaria aquí; ¡Ya para tu desmadre Trump..!
*Con información de la BBC de Londres
G. Arturo Limón D.
G. Arturo Limón D. Miembro del Cuerpo académico de Sustentabilidad UNAM, y Miembro de la Comisión de Educación en Mesoamérica de la UICN. Profesor investigador de la Universidad Pedagógica Nacional de Chihuahua UPNECH