Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
Armando Meixueiro Hernández
La violencia es un animal incontrolable, que suele
terminar atacando a su propio amo. Renny Yagosesky
La violencia en el mundo actual es omnipresente. Tiene varios planos (niveles: macros y micros), intensidades, colores, formas, matices, indicadores, y ocurre en diversos ámbitos (familiar, escolar, laboral, etc.). El cine nos lo repite frecuentemente: vivimos en una sociedad violenta, casi sin remedio.
En la película En un mundo mejor (Bier S. Dinamarca: 2010) vemos a un médico sueco llamado Anton, trabajando precaria y obstinadamente, en curar y salvar la vida, de niños y mujeres principalmente, en medio del desierto africano, en una zona improvisada de mantas y carpas maltrechas, que suponemos son de refugiados de uno de los incontables conflictos armados de la región.
Pero también, en una narrativa paralela- aparentemente sin vínculo entre ambas- asistimos al sepelio en una iglesia, en Londres Inglaterra, de la madre de Christian y la posterior integración, de él, a una escuela secundaria en Dinamarca. Que como en casi todas, se dan proceso de acoso escolar en niños, en este caso a Elias (que apodan cara de rata, por el uso de frenos en los dientes) y que más tarde nos enteramos que es el hijo mayor del médico Anton.
El niño recién llegado ayudará a su compañero ante el bullyng de los jóvenes de mayor edad y luego enfrentará valientemente las consecuencias. Padecerá, también el proceso de acoso escolar hacía él, que como una espiral sin fin terminará poniendo el riesgo de muerte a varios de los integrantes de las dos familias y otros miembros de la comunidad.
Hay varios casos de violencia, en diferentes grados, que están tejidos en esta trama, que como una telaraña lo envuelve todo. Son todos estos sucesos reconocibles; todos de una violencia que se instala por sobre los personajes, como si ésta fuera anterior a lo que pudieran decidir los involucrados. Como si la única forma de enfrentarla es con más violencia. Como si la violencia fuera una herramienta siempre disponible para solucionar los conflictos. Como si no hubiera más remedio que usarla.
De distinta graduación pero la violencia es la constante en el film. Así vemos al médico que tiene que curar a mujeres, a las que les han extraído a su hijo, para saber si era varón o mujer, en crueles apuestas de un grupo armado y que después, estos criminales, tienen que recurrir al médico ante la infección de la pierna del Gigante, jefe de ese banda, apunto de ser amputada, y el médico, resiste el repudio de la gente de la comunidad afectada, que vive este auxilio como una traición; la violencia está en la pelea cotidiana que tienen que enfrentar los niños para sobrevivir en la escuela, haciendo uso de lo que esté a su alcance; en un incidente de niños en el que un padre golpea a otro, haciendo pasar al golpeado, por un cobarde; o en la terrible respuesta que los niños dan para reivindicar al padre cuando deciden fabricar bombas; o en la mentira de una madre ante el amigo del hijo, informándole que está muerto cuando no lo está.
Esos son los evidentes sucesos violentos en la cinta, pero hay otros más sutiles: como la infidelidad que lleva a la separación y casi al divorcio a los padres de Elias o el odio primero velado y después manifiesto de Christian hacia su padre por el manejo de la enfermedad de su madre. También la del pendenciero golpeador de Anton que es el bravucón local. O el de la comunidad de refugiados que linchan al Gigante, tuerto, asesino de neonatos.
El título original de la película es Hævnen, que en danés significa venganza o revancha, aludiendo a estas respuestas que se van dando ante sucesivos actos negativos. Pero en otros lugares del mundo, a la película, la llamaron Civilización, lo que nos hace pensar que la crisis de ésta pasa también por el ingrediente de la violencia injustificada y adherida al modelo como un apéndice inevitable.
En cambio el título en inglés y español nos resulta más esperanzador, porque sugiere que la fuerza física o verbal, en otro mundo no será usada en forma desmedida, irracional o injustificada y es también el deseo ferviente de su extinción en una civilización futura. En un mejor mañana.
En el 2010, En un mundo mejor ganó el Oscar y Globo de Oro en la categoría la mejor película de habla no inglesa, además de no pasar inadvertida en festivales como el de Toronto o el Sundance, lo cual no fue tan sorprendente para una directora, Susanne Bier- militante del grupo dogma95- que tiene entre sus realizaciones, obras magníficas, humanas y tal vez igual de desgarradoras como lo son Corazones abiertos (2002), Hermanos (2004), Después de la boda (2006) y Las cosas que perdimos en el fuego (2007).
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
Director de Pálido Punto de Luz
Armando Meixueiro Hernández
Director de Pálido Punto de Luz