Juntarse

Nos conocimos desde muy pequeñitas. Nuestras mamás fueron amigas de toda la vida y tenían la rara costumbre de todos los miércoles juntarse a comer, tomar café, jugar cartas o simplemente a platicar. La mayoría de las veces nos llevaban a nosotras y pasábamos horas jugando, era triste el momento de separarnos pero sabíamos que el próximo miércoles nos podríamos ver.

Llego el momento de entrar a la escuela y por obvias razones nos metieron a la misma, pero fue pura coincidencia que nos tocara a las tres juntas en el mismo salón. Fue desde ese día que nos volvimos inseparables.

Pasaron los años y conforme crecíamos se nos era más difícil convivir, pero decidimos mantener la tradición de nuestras madres para así no separarnos nunca. Crecimos más y llegó el momento de las bodas, cada una tomo diferentes caminos, pero decidimos que una vez al año viajaríamos para reunirnos en la misma ciudad que crecimos y nos conocimos.

Esta foto representa la última reunión que tuvimos antes de que una de mis mejores amigas de toda la vida nos abandonara para pasar a una vida mejor; fue la última reunión que tuvimos y una de las que he disfrutado más.