Melissa Cornejo
¿Quién dijo que la poesía debe ser bella?
Si alguien lo dijo, es porque nunca ha amado.
Te escribo con rabia,
con temblores entorpeciendo mis dedos,
lágrimas nublando mis ojos.
Pero no, mi amor.
Esta vez no es así.
Esta vez no lloro de tristeza,
no lloro por saberte perdido una vez más.
Lloro por mí,
¿Es que acaso no tengo voluntad?
Te detesto.
Detesto que inspires letras corrientes.
¿Por qué no te comportas?
Deberías ser buena musa, como las demás.
Deberías inspirar belleza,
amor,
vida,
color.
Pero inspiras pura mierda,
como ésta.
Como cada coma que he escrito los últimos meses.
Odio que me pidas discreción,
pero al minuto siguiente reproches vivir en anonimato.
Odio que me des ese lugar,
uno que nunca te pedí, que nunca quise.
El lugar de la eterna engañada,
de la que no satisface,
de la que no llena.
Odio alimentar tu neurosis
y que ésa sea mi única función en tu vida.
Yo, alimentando el síntoma de un loco.
Mi loco.
Odio que esto termine así.
No era para tanto,
no éramos para tan poco.
Melissa Cornejo