Hernán Sorhuet Gelós
La disposición final de los residuos sólidos ocupa el primer lugar en la preocupación ambiental de la sociedad. Es un problema visible y cotidiano que afecta la calidad de vida de las personas.
En nuestro país es una responsabilidad que recae en los gobiernos departamentales. Exhibe varios flancos importantes a considerar como la conducta de las personas (generación y manejo extra domiciliario y empresarial de desechos), el sistema público de recolección, de acopio, tratamiento y destino final de los mismos; sin olvidar, por supuesto, la acción que los clasificadores realizan por su cuenta.
Dentro de este universo preocupa sobremanera la existencia de basureros municipales a cielo abierto en todo el territorio nacional, así como el peligro casi invisible que significa para las personas y el ambiente, la presencia contaminadora de los envases resultantes del uso de innumerables productos agroquímicos utilizados durante todo el año.
En ese sentido hay que resaltar la gestión pionera que lleva a cabo el Gobierno de Flores —a través del Programa “EcoFlores”— abocado a realizar un manejo integral de los residuos sólidos urbanos y rurales, sobre un pilar fundamental de los tiempos que corren que consiste en integrar el desarrollo sustentable con la inclusión social.
Incluye proyectos y programas como “Uruguay Clasifica”, “Uruguay Integra —Flores Ambiental—”, “Planta de gestión de envases no retornables”, “Planta de Reciclado de Plásticos”, “Centro de Acopio de Envases Fitosanitarios”, “Circuito Limpio” y “Campo Limpio”.
Vale la pena detenernos un instante en éste último. El Programa “Campo Limpio” impulsado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente, la Cámara de Comercio de Productos Químicos y la Asociación de Recicladores de Plásticos, procura dar una adecuada disposición final a los envases vacíos de plaguicidas, mediante una activa participación de los trabajadores y productores rurales, de los distribuidores de estos productos y de las autoridades departamentales y nacionales.
Gracias al tripe lavado de los envases que incluye, logra que pasen a ser residuos no peligrosos, habilitándolos al normal reciclado y permitiendo que esos plásticos vuelvan a ser útiles.
La Intendencia de Flores cuenta con una moderna planta de reciclado de materiales plásticos del agro (silobolsas y envases de fitosanitarios y agroquímicos), dónde se muelen, lavan, aglomeran, secan, extrusan y peletizan (forman pellet para uso de la industria y fabricación de bolsas de residuos). En ella trabajan clasificadores que antes lo hacían de manera informal en la ciudad de Trinidad. Disponen de todos los beneficios sociales que establece la ley y de condiciones seguras de trabajo.
En cuanto al talón de Aquiles de todas las intendencias (los vertederos de basura a cielo abierto) Flores comenzó la construcción del Relleno Sanitario en el Vertedero Municipal, o sea la mejor solución. Su existencia eliminará el enorme foco de contaminación permanente que significa tener “montañas” de basura expuestas al aire, al sol, la lluvia y el viento; y disponibles como fuente de alimento para toda clase de animales. Además aunque está prohibido, en los vertederos municipales de todo el país se registra la presencia diaria de muchas personas que viven de la clasificación de residuos, poniendo en serio riesgo su salud.
Flores va por el buen camino.
Columna publicada en el diario EL PAIS de Montevideo el 2/7/2014
Hernán Sorhuet Gelós
Destacado conferencista y escritor uruguayo. Educador, comunicólogo y periodista ambiental. En su vasta obra de libros de Educación Ambiental para niños, incluye temas como el cambio climático, la biodiversidad y los residuos sólidos.