María Ahuja Aguirre
Había una vez una dulce y tierna jovencita de 23 años de edad llamada Patricia, quien vivía en San Antonio, Texas. Patricia estaba profundamente enamorada de Fernando, quien le juraba ser su único y verdadero amor para toda la vida. Un día Patricia sospechó que estaba esperando un hijo de Fernando y al comprobarlo fue corriendo a la casa de Fernando para darle la noticia, estaba muy asustada pero al mismo tiempo feliz ya que el hijo que esperaba era el resultado del verdadero amor. Cuando Patricia le dio la noticia a Fernando, él la rechazó, no podía aceptar tener un hijo a los 23 años y decidió irse y abandonarla.
Para Patricia fue muy difícil entender por qué la habían dejado tan sola y más cuando le prometió un amor para siempre. Decidió tenerla, así fuera sola o acompañada ella no iba a privarle la vida a un ser inocente.
Nueve meses después, tuvo una hermosa niña llamada Regina, los papás de Patricia la ayudaron a cuidarla, les bastó con verla para darse cuenta que la bebé era hermosa ya harían todo por ella.
Un año después, Óscar el padre de Patricia tuvo que irse a la guerra y a los 4 meses les mandaron un aviso que su padre había muerto; esto causó un gran dolor en toda la familia pero sobre todo en Patricia ya que su padre era el ser más preciado que tenía. Al poco tiempo decidió irse a la guerra para cumplir y terminar lo que su padre había dejado pendiente, el único problema era dejar a su hija, a pesar de que su marre le suplicó que no fuera a la guerra, con todo el dolor de su corazón Patricia decidió ir dejando a su mamá y a Regina.
La historia de hace unos años se repetía…
Un año después, Patricia regresó y al reencontrarse con su mamá y su hija decidió nunca volver a dejarlas y mucho menos regresar a la guerra para terminar con algo que su papá quiso hacer. Comprendió que cada quien tiene sus propias metas y gustos no todos tenemos que seguir un patrón y mucho menos vengarse de algo que ya pasó o que simplemente no es tu deber.
Patricia, su madre y Regina hicieron sus vidas, olvidaron todo aquello que sucedió con Oscar y vivieron felices para siempre.
María Ahuja Aguirre
Estudiante de la Facultad de Comunicación Universidad Anáhuac.