A mi lado (relato de una fotografía)

Estamos en el Hospital Ángeles, me encuentro acostado en la cama con un montón de tubos. Son las cuatro de la mañana y ella toma mi mano.

Recuerdo como si fuera ayer cuando la conocí.

Fue un día soleado de verano en la playa de Los Cabos, aún éramos jóvenes, alrededor de unos 25 y 17 años.

Yo había ido a los Cabos por la boda de mi prima, y ella iba por parte del mejor amigo del futuro esposo, quién era su novio.

Cuando la vi por primera vez, me enamoró. Recuerdo su sonrisa y sus ojos cuando me miraba, si vestido rosa y lo bien que aquel color le sentaba.

Me acerqué a ella, y cuando quise hablarle no me hizo caso y se siguió derecho. Instantáneamente quedé enganchado con ella, y me prometí a mi mismo que me casaría con aquella mujer.

A lo largo de la boda, su comportamiento fue el mismo, sin embargo, yo no me di por vencido y continué con mi sueño de casarme con ella.

Al día siguiente me levanté temprano a correr y la vi a lo lejos. Me acerqué y por fin pude platicar con ella. Su voz era maravillosa, sin embargo al verla de cerca pude ver sus ojos ligeramente rojos, como si hubiera llorado. Pregunté que pasaba y me dijo que había cortado con su novio, y fue cuando me dije a mi mismo; “es mi oportunidad”.

Regresamos a México a los pocos días y comencé a ir a los lugares que ella frecuentaba. Nuestra relación fue creciendo y comenzamos a salir, para ese momento yo estaba seguro de que aquella mujer era el amor de mi vida.

A los cuatro años le pedí que se casara conmigo y aceptó.

Hoy han pasado mas de 60 años desde que la conocí, y después de muchos problemas, hijos y aventuras la sigo amando como si fuera el primer día.

Hoy estoy en el hospital con ella a mi lado, la veo y sigo pensando que es el amor de mi vida.

A los dos minutos me da las buenas noches, se reclina en la silla de mi derecha y sin soltar mi mano se queda dormida. Yo duermo a su lado; sin saber que al día siguiente despertaré sin el amor de mi vida.