Coloquio_liberato_teran
Deserciones

Afilar las garras al Puma

Joel Ortega Juárez


Liberato Terán, rebelde amoroso

La mirada de Liberato es tierna y cómplice, nos la regala y nos seduce. Nunca tiene poses de histrionismo fatuo, pero se transforma cuando habla a los auditorios más diversos de estudiantes, universitarios, campesinos, pobladores tanto de Sinaloa como del DF, de Puebla, de todo el país y también de otras partes del mundo, donde deambulan sus pasos por la libertad.

Liberato Terán era un gambusino. Conoció las llantas de automóvil después de los diez años. Su padre buscaba minerales en la sierra de Durango.

Gracias al arrojo de Lorenzo, su hermano mayor, se trasladaron a Corerepe, en el municipio de Guasave de Sinaloa. El cardenismo los dotó de tierras ejidales. Luego migraron a Culiacán y se hicieron universitarios.
Liberato y su hermano Rito encabezaron la lucha por la autonomía de la Universidad de Sinaloa en los sesenta. Aquí se sumaron a la rebeldía libertaria del 68.

Influidos por la Revolución cubana y su líder Fidel se fueron volviendo socialistas, comunistas e ingresaron a la Juventud Comunista y después al Partido.

Liberato fue siempre crítico de la buro (burocracia) y estuvo en las filas de los disidentes, desde el II Congreso de la JCM en 1967 hasta el 19 Congreso del PCM en 1981, donde solo él y yo votamos a favor de la existencia de corrientes y la proporcionalidad para integrar la dirección del partido.

En la Universidad Autónoma de Sinaloa se enfrentó al gobierno. En 1970 fue detenido al defender a la UAS. La resistencia de los estudiantes sinaloenses fue insólita. Vivió la agresión al edificio Rosalino en 1972, donde murieron dos estudiantes.

Cuando surgió la rebelión en Paris, en mayo de 1968, Liberato la apoyó y se entusiasmó, a pesar de las reservas de los dirigentes comunistas mexicanos y franceses.

Estuvo en la primera línea de lucha en el movimiento del 68 mexicano. La Federación Estudiantil Universitaria de Sinaloa (FEUS), de la que era presidente, envío como delegado al CNH, Consejo Nacional de Huelga, a Miguel Eduardo Valle, El Búho, camarada de Liberato en la FEUS y en la Juventud Comunista.

Liberato tenía un gran sentido del humor. Sonreía con finura y no compartía la solemnidad de los aparatchiks (miembros del aparato del PCM). Tuvo siempre cuestionamientos a la “construcción del socialismo”, aunque tenía cierta candidez ante lo que ocurría en esos países del socialismo realmente existente, documentada en su libro Pasos por el socialismo.

Liberato no practicaba la religiosidad en su militancia política. Se comprometió con el cambio contra el PRI y llamó a votar por Fox en 2000. Nunca admitió la inquisición contra los que votamos así.

Su honradez a toda prueba se erige como ejemplo ante la vulgaridad y mezquindad de antiguos socialistas y comunistas que hoy solo buscan acumular riqueza a costa del erario.

Liberato fue víctima de la intolerancia del fanatismo “izquierdista”. Estuvo a punto de morir en una dilapidación en su contra que le hicieron los enfermos. Nunca cedió a sus agresiones.

Contendió por la rectoría de la UAS y sufrió las maniobras del aparato del PCM.

Escribió múltiples libros y artículos, muchos sin su firma.

Liberato fue un inquebrantable luchador libertario.

25/01/14 1:20 AM

Joel Ortega Juárez
Economista y pensador social

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