Jesús Caballero y Díaz
¿Hay periodismo pedagógico en México? ¿Quiénes lo producen? ¿Para qué? ¿Para quienes? ¿Cuáles son sus contenidos? …y ¿sus productos? ¿Cuándo empezó?
Una propuesta de construcción y de análisis pedagógico fue propuesta a los magisterios y a los estados nacionales de América en la Argentina de la segunda posguerra mundial por el filósofo emigrado Juan Mantovani en su texto La educación y sus tres problemas con tres preguntas como estas: ¿ Quién educa y a quién educar? ¿para qué educar? Y Cómo educar? Resultado de una investigación filosófica fue la identificación de los factores que se integran en las ecuaciones de los diseños educativos formales que fueron: los sujetos de la educación, los fines de la educación y los medios para realizarla, la pedagogías son planes conscientes que se proponen los grupos en el poder para formar a las nuevas generaciones de acuerdo con sus intenciones políticas o religiosas o culturales y con los contenidos y recursos metodológicos para lograrlos. En la ciudad de México, en la capital de la Nueva España, a fines del siglo XVIII, la ciencia se abrió paso entre la maraña de intereses políticos y religiosos de dominación para convertirse en el contenido más importante de la vida humana: los productos de la razón y la investigación científicas se divulgaron a través de publicaciones periódicas. ¿Quiénes los produjeron? ¿A quiénes fueron dirigidos? y ¿Qué finalidades tuvo esa política de comunicación científica?
Un novohispano de fines del siglo XVIII ha sido considerado uno de los primeros mexicanos, un periodista, un científico, un enciclopedista, un comunicador, un creador de soluciones tecnológicas a problemas de la vida urbana y rural, de la producción agropecuaria y de la industrial, estudiaba y publicaba, fue sobre todo un español americano, más que un novohispano, capaz de encarar con sagacidad e ironía la dominación política, ideológica y cultural de la corona española contribuir con sus contemporáneos a la formación de una nueva contemporáneos a la formación de una nueva sociedad de americanos con una nueva cultura: la información científica para ilustrar a la personalidad del individuo, fomentar nuevas relaciones sociales, modernizar y eficientar el trabajo productivo.
Su periodismo llevó al blanco y negro de sus publicaciones sus más de trescientos sesenta ensayos sobre sus propias observaciones, estudios, proyectos y experimentos, además divulgó conocimientos actuales avalados la actividad científica de sus contemporáneos locales y la publicada por las sociedades científicas europeas y por otros científicos y comunicadores americanos.
El padre del periodismo pedagógico y científico publicó entre 1768 y 1795 cuatro influyentes periódicos, el más famoso: la Gaceta de Literatura en la ciudad de México, con más de cuatrocientos artículos, los más de su autoría, incluyó también otros atribuidos a diferentes y valiosas plumas sobre medicina, botánica zoología, física, meteorología, astronomía, geografía, química, astronomía, metalurgia, técnicas agrícolas e industriales, filosofía, jurisprudencia, lingüística y arqueología (las láminas de la cría de la cochinilla ilustran uno de sus estudios, destinado a su mejoramiento).
Fue descendiente de la familia de Juana Ramírez de Asbaje y Santillana, su familia le dejó una dote para la compra de una buena parroquia que le permitiera una buena vida —en ese tiempo los cargos públicos de la corona española y de la iglesia eran mercancías habituales— nuestro comunicador, sin embargo la gastó en un ejercicio periodístico de divulgación de la ciencia al servicio de los indígenas, de los campesinos, de los mineros, los industriales, los habitantes de los pueblos y ciudades, murió en la pobreza, tal vez satisfecho de haber contribuido al despertar de una conciencia científica, racional, ilustrada de unos mexicanos de abierta inteligencia y de curiosidad apta para los compromisos de objetividad y racionalidad científica europeas.
Aunque gentes tan serias como Humboldt le reconocieran más oficio de experimentador tecnológico y de comunicador que de científico, nuestro primer publicista científico, comunicó sus luces a las sociedades científicas europeas y logró ser miembro de la Sociedad Económica Vascongada en México, considerado corresponsal de la Academia de las Ciencias de Paris, del Jardín Botánico de Madrid y asesor de diversos virreyes en México de la casa de los Borbones españoles, sus publicaciones fueron conocidas en algunas ciudades europeas e hispanoamericanas.
El sobrino de Sor Juana tuvo una educación religiosa que le permitió reconocer sus debilidades académicas,a las artes liberales de su trivium le acusó de una lógica aristotélica cerrada a la inducción, en cuanto al cuadrivium: de estar casi desierto en sus compromisos científicos de matemáticas, astronomía, filosofía natural y música, y de su formación teológica advirtió un sólido sometimiento a los dogmas de la escolástica de Santo Tomás de Aquino francamente hostil a las políticas Ilustradas de sus majestades borbónicas, por ello gastó una parte de su herencia en ganarse una autodidacta formación en matemáticas, astronomía, física y ciencias naturales, compró libros de ciencias naturales, montó un observatorio y un laboratorio para sus observaciones y experimentos, en sus viajes de exploración naturalista y arqueológica, contribuyó con todo esto a mejorara la producción industrial, agrícola y la vida urbana y acabó finalmente en la publicación de la Gaceta de Literatura y con ello servir a sus contemporáneos no solo en aumentar su información, sino contribuir a una ilustrada participación en la vida de la nueva España , incluso en la vida europea.
José Antonio Alzate y Ramíez de Cantillana no fue un robinsón, formó parte de un grupo de científicos y publicistas de “la Antigua y de la Nueva España” que se distinguieron por sus fuertes iniciativas a favor del conocimiento científico y de su difusión y de su aplicación que fueron incluidas en las políticas ilustradas del reinado de Carlos III, quien fomentó el periodismo científico en todo si imperio, para México, capital de la Nueva España, a través de sus virreyes incluso autorizó al impresor de la gaceta de México, don Manuel Antonio Valdés a publicar de las noticias producidas por sus enviados en expediciones científicas para extender el conocimiento adquirido sobre la geografía, la historia civil y la natural del Reino de la Nueva España en “La gaceta de México”, que incluyó también comunicaciones del padre Alzate, mientras que en Guanajuato “El Mercurio Volante” difundió notas del inmenso saber de José Ignacio Bartolache y finalmente La Gaceta de Literatura de José Antonio Alzate, todas con el propósito de favorecer la “ilustración” de los hombres novohispanos.
El responsable de la Gacetas de Literatura fue acusadamente soberbio, contradictor impertinente, ganó muchos debates, hubo tablas en otros, los que perdió fueron porque: “ganaba quien tenía autoridad política y no la razón ilustrada” y sin embargo sus consejos y sus proyectos fueron reconocidos en algunas ocasiones y en otras solicitados por las autoridades virreinales, cubría, nada menos que, el perfil cultural que la llustración española quería para los componentes de sus elites.
Álzate se propuso divulgar también los conocimientos aportados por la inteligencia novohispana, había tela de donde cortar, más de cien artículos de los cuatrocientos de sus publicaciones provenía de una elite que integraba a los miembros de la Sociedad de amigos, de profesores , maestros, ex alumnos y alumnos de El Colegio de Minería, del Colegio de San Carlos, del Jardín Botánico que ya conformaban una nueva clase social de productores y lectores de conocimientos científicos y tecnológicos, con ella, la ciudad de México se convirtió en una moderna ciudad que añadía a las fiestas religiosas y políticas, nuevos motivos para las reuniones laicas, civiles en las que no faltaban las lecturas, las audiciones, las tertulias, las ceremonias de titulación en las que abundaban los intercambios de nuevos conocimientos y los debates para exhibir el triunfo de la razón ilustrada.
Alzate hizo apuntes sobre la obra escrita (de puño y letra) de diversos autores mexicanos, los que hizo sobre la Historia Antigua de México de Francisco Javier Clavijero reforzaron sus ideas sobre la inteligencia natural de los americanos que defendía como igual a la europea, que adornada por las luces de la razón ilustrada podría empatarse con aquella aristocracia científica que acusaba la inteligencia y la cultura americana de ser tan inferior como su historia natural. Larroyo, en su historia comparada de la educación en México ofrece una lista de estudiosos que hicieron aportaciones a la ciencia contemporánea
La Ilustración española no dejó de ser el brazo populista del Despotismo ilustrado de los Borbones que se proponía por medio de la educación y el periodismo científico difundir las luces de la ilustración francesa para la aplicación de sus otras políticas modernizadoras, el otro brazo fue la concentración absoluta del poder, se impuso sobre el poder eclesiástico, creó secretarías de estado, perfeccionó el aparato fiscal, mejoró la recaudación en la península y en América, liberó el comercio local y el internacional, abrió nuevos puertos peninsulares a la navegación comercial y todo eso por ser la corona española patrimonio personal del rey haciendo valer con ésto en España el lema de Luis XIV, su tio: “El estado soy yo”.
La Ilustración fue un episodio cultural de origen burgués que nació en Inglaterra y en Francia y que luego se extendió a todas las monarquías y sociedades europeas, la burguesía europea se ocupaba ya en fuertes negocios financieros, comerciales, de transportes marítimos y carreteros, dominaban gobiernos municipales de las ciudades, se ocupaban de su urbanismo, su arquitectura, su decoración, su cultura literaria, musical y dramática, además hacían la nueva ciencia experimental que resolvía viejos y nuevos problemas técnicos, crearon la Enciclopedia (todo el conocimiento actual)sobre todo querían para sus propios intereses, nuevas y mayores libertades, para ello propusieron nuevos fundamentos políticos y éticos a los gobiernos, a los individuos y a las sociedades e influyeron noblemente en la dirección de los negocios públicos de todos los déspotas que poseían las coronas europeas, desde Rusia hasta España, sus detentadores concedieron la Ilustración cultural, pero nunca cedieron el gobierno absoluto del Estado, concedieron algunas libertades, pero nunca la facultad de concederlas.
La Ilustración en la América española proveyó un buen número de publicaciones científicas que difundían tanto la ora escrita de los estudiosos americanos como los que la ilustración publicaba en los países europeos, su impacto en las sociedades integró a sus protagonistas con los europeos, para conveniencia de todos, las guerras de los Borbones contra Inglaterra crearon intercambios y posibilidades de otras relaciones, la apertura borbónica de las relaciones comerciales creó vínculos políticos que favorecieron las aspiraciones autonómicas de los americanos, desde los albores del siglo XIX con las abdicaciones de Carlos IV y Felipe II, pasando por las asambleas constituyentes de Cádiz hasta los tratados de Córdoba que reconocieron la soberanía de la nación mexicana separada de la corona española.
José Antonio Alzate y Ramírez en su obra periodística ha sido considerado un educador ilustrado e ilustrador, sus textos y los de sus colegas gozaron de un reconocimiento pedagógico por su calidad didáctica: su sencillez y el buen uso del idioma castellano (lo mejor de su formación en artes liberales) y además por las finalidades culturales educadoras que el mismo expresaba: las de contribuir a la educación científica y política de los novohispanos, no solo con la difusión de la ciencia europea sino con la de los estudios y las aportaciones de los novohispanos que ya empezaban a formar parte no solo de la cultura americana, sino de la universal.
Alzate ha sido reconocido como un educador consciente de los objetivos formadores de la lectura de sus comunicaciones que fueron provistos de contenidos cuidadosamente elegidos y sostenidos desde la primera publicación y expresados formalmente en la Gaceta de Literatura, Alzate quería que sus lectores no solo leyeran, sino que se educaran ilustrando su razón; más razón, más libertad: libertades de pensamiento, de investigación, expresión, de publicación, de debate público, de fundamentación racional de las actuaciones cívicas, con ellas exhibir una igualdad con los europeos en el ejercicio de su condición de ciudadanos en ejercicio de esos derechos iguales que los súbditos peninsulares, claro que los europeos que gobernaban en México percibieron como el tiro les había salido por la culata, que sus lectores, no solo fueron técnicos ilustrados, sino luego los novohispanos que se volvieron mexicanos, que militaron en las acciones de la lucha por la independencia de México. Esta fue la contribución educadora de los diaristas y editores ilustrados del siglo XVIII en toda la América española. Las lecturas de los autores citados abajo citados enriquecerán el conocimiento de los alcances políticos y sociales de este momento de nuestra historia, disfrútenlos.
Portales enero de 2014
Jesús Caballero y Díaz
Maestro y formador de docentes