Con_la_izquierda_lastimada
Deserciones

Afilar las garras al Puma

Joel Ortega Juárez


¿Qué pasa en las izquierdas?

Un clavel rojo para Ingeborg Diener,
camarada y viuda de Víctor Rico Galán

El término mismo y la identidad de las izquierdas es hoy cuestionable. Recientemente Horacio Radetich escribió: ¿Por qué no soy de “izquierda”?

“No soy de ‘izquierda’ porque desde hace unos cuantos años cualquiera, sin importar su pasado ni lo que haga o haya hecho, puede autodenominarse como tal siendo, en realidad, conservador, de doble moral, autoritario, inculto, intolerante y misógino, entre otras ‘cualidades’. No soy de ‘izquierda’ porque a diferencia de ellos, que andan buscando líderes en cualquier bonapartista de cualquier ideología, me repugna la sola idea de liderazgo. En eso la ‘izquierda’ que venera la personalidad de sus supuestos líderes se parece mucho al nacionalsocialismo, al fascismo, al franquismo y al estalinismo.”

Curiosamente en un momento en que es válido poner en entredicho “ser de izquierda”, con los argumentos de Horacio y otros más, es cuando más pareciera requerirse una opción de izquierda y, más aún, es cuando a escala latinoamericana esa corriente tiene un inmenso poder, a través de la mayoría de los gobiernos de la región, a los que han arribado, por cierto, mediante procesos electorales.

En muchas partes he escuchado a militantes genuinos de izquierda preguntarse por qué en México no ha triunfado la izquierda. Hay dos respuestas polares: porque la oligarquía y el imperialismo lo han impedido mediante el fraude y la otra porque los que se dicen de izquierda, incluidos sus partidos y sus candidatos, se han prestado a ser derrotados y obedecen en realidad a los intereses del enemigo. Existen muchísimas otras opiniones, menos estridentes y más preocupadas por buscar explicaciones más sensatas.

Ahora mismo existe una cierta desolación ante la reciente aprobación de la reforma energética.

No son pocos los que añoran la época del PRI “bueno”, nacionalista y partidario de la intervención del Estado en todos los niveles y prioritariamente en la economía. Esa corriente es dominante en el discurso de las izquierdas electorales: PRD, PT y Morena. No se diga la de los ex priistas que deambulan hábilmente de partido en partido o hasta se dan el lujo de ser “independientes”, con su respectiva curul, escaño o “comisión” en alguno de los gobiernos de “izquierda” o en los aparatos de representación.

Existen hasta quienes son parte del gobierno de Peña Nieto en cargos importantes o secundarios y se expresan en contra del “neoliberalismo” que predomina en su política, aunque ninguno, por supuesto, se proponga renunciar a ese gobierno.

Además del campo de las “izquierdas electorales”, existe un inconmensurable espectro de movimientos, grupos y grupúsculos que se “reclaman” como la “auténtica izquierda revolucionaria”.

A 25 años de la caída del Muro, no existe en México una reflexión en torno a ese fenómeno y la mayoría de las izquierdas, tanto la electoral como la extraparlamentaria, actúan como si nada hubiese pasado y con la convicción de la “decadencia del capitalismo” y el inevitable triunfo del socialismo a cuando menos del nacionalismo revolucionario, aunque sea al viejo estilo del PRI bueno.

Se requiere un cuestionamiento profundo del “socialismo real” y del nacionalismo estatista.

Joel Ortega Juárez
Economista y pensador social

jesus caballero. 13 de Febrero de 2014 23:40

Ya ni llorar es bueno, para los jóvenes de hoy preparatorianos o ninis no hay partido político que se acerque a ellos, los ven alejados de la sociedad, descomprometidos con sus compromisos constitucionales, a penas como empleados (mandaderos, tinterillos) de los poderes públicos y a los pocos poetas que escriben los encuentran como judíos en el muro de las lamentaciones, que no ignoran que Yahvé no los escuchará y sin embargo se lamentan y esos lamentos no animan a los jóvenes para nada, esto no es lo peor: el país no está para bollos, a fines del siglo pasado decíamos¡nunca seremos Colombia! Ningún gobierno del siglo XXI ha podido parar esta loca máquina criminal, las guerras del Adriático entre los ex yugoeslavos parecen fiesta de carnaval con los tristes episodios mexicanos y nos preguntamos ¿cómo llegamos a ésto, a esta insolidaridad?, hay respuestas exteriores: la globalización asi lo quiere,el capitalismo nos quiere como rehenes de su suicidio, y aqui nosotros parecemos víctimas giegas del trágico destino, tal vez eso quisieron reprochar los trágicos a los atenienses en vísperas de la sumisión a los espartanos, hoy Sófocles y Eurípides a nosotros.¡ de dónde saldrán: los debates de filosofía política para pasar de el mutis izquierdista a la praxis militante, Gramsci ya es otro cuaderno mas de su cárcel, Habermas no concilia el sueño ante la desaparición real de la izquierda europea, aqui lloramos a los izquierdistas españoles que no aceptaron la indignidad de no hacer política mexicana y aunque nuestros maártires del sesenta y ocho ya gozan de cabal salud espiritual, los vivos que quedan vivos ya ven muy lejos la orilla de lo que queda del siglo XXI ¡ya vemos, kemo sabi! y sin embargo, hay ejemplos: el general Juan Alvarez, guerrillero independentista de los años 10-20 del siglo XIX acaudilla el plan de Ayutla para derrocar a Santa Ana y promover la Reforma Liberal del 1857, Justo Sierra renuncia al positivismo y patrocina al Ateneo de la Juventud que produce el movimiento cultural de la revolución de 1910, Torres Bodet desarrolla su última aventura pedagógica en el gobierno de López Mateos,cincuenta años dspúes de la primera, el presidente Cárdenas supo mantener su posición democrática de ciudadano valioso para los demás mexicanos hasta su muerte. Este tiempo es un nuevo tiempo,este país es otro país, los mexicanos son otros mexicanos y son ellos, los que habrán de construir el discurso, el compromiso y la praxis revolucionaria para hacer de su vida y de su país uno mejor que el que les hemos heredado, porque como tú tambien lo dices, Joel: tanto mata la vaca el que le amarra la pata, como el que le clava la estaca. Se requiere una proposición constructiva que cree las condiciones y las posiblidades del cambio necesario, no veo a los hombres, a las instituciones de educación superior que hagan su parte, tampoco veo a los obsoletos partidos políticos actuales hacer lo propio. Ya sabes el dicho español que acuñó Ulianov: “para que haya puchero debe haber fuego exterior y tambien contenido”¿estan las condiciones dadas? ¿estamos los que debemos de estar aqui, dentro?o ¿ya no somos los que debemos de estar a dentro? ¿aceptaremos el papel de estar afuera, de ser la circunstancia?Xss

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