Armando Meixueiro Hernández
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
César Labastida disfruta como nunca sus días de asueto. Y más, desde que los medios de comunicación masiva decretaron que los profesores eran los que estaban fallando en el sistema educativo. Gracias a eso las vacaciones le saben a miel porque evita el linchamiento colectivo y manipulado. El ocio para él —y también para la Grecia clásica— es y era sinónimo de pensamiento. El negocio era su negación. Hoy que todo cuesta y no hay forma de escapar a las leyes de la sociedad del mercado y el consumo, César decide pensar.
Piensa que el mundo va excesivamente rápido las redes sociales y en particular sus alumnos funcionan a una velocidad endiablada La verdad más profunda de un twiter o mensaje de texto durará unos segundo tal vez unos minutos después desaparecerá para siempre La foto mejor lograda o el relato en imagen de mayor penetración solo tendrá el estelar de algunos me gusta por un tiempo reducido y parco en la red de redes que es el Facebook También en sus clases aprendió que tiene que ser contundente y vertiginoso en los primeros instantes y continuar siéndolo por lo que dure la clase antes de la llegada del inevitable aburrimiento de sus alumnos Los autos cada vez se desplazan a mayor velocidad cuando se encuentra una ruta ignota en horas en que amanece o ya de noche en una ciudad que cada vez parece descansar menos la gente que la habita.
Pero ahora, en sus días de descanso, que misteriosamente se han ido reduciendo, César busca la calma. El silencio, la soledad, acaso la música compañera de toda la vida le recobran un poco de sí mismo, perdido entre tantos usos que ahora tienen los dispositivos tecnológicos, como un maratón sin fin; tareas que lo van minando a lo largo del día y que paradójicamente lo alejan de él mismo, y le enturbian también su comunicación con los más próximos.
Ya sin alumnos, sin tránsito ni tareas, el profesor César Labastida piensa. Y con pleno uso de sus facultades mentales y físicas, en medio de unas vacaciones en las que sabe que no se recuperará de la actual vorágine social y educativa, César se desconecta… Apaga todos sus gadgets y se da una pausa para meditar en un mundo que no se detiene y al que le urge ir más lento…
Armando Meixueiro Hernández
Director de Pálido Punto de Luz
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
Director de Pálido Punto de Luz
mientras las ideas se esconden en el rincón del texto que no acabo de escribir, intento cazarlas con el sordo oficio del pescador solitario que hace frente al tedio con el pretexto de timar a un pez hambreado con el cebo vivo de mi anzuelo.
una lectura me convocaba a seguir la ruta de su protagonista a penetrar en la existencia que no se adivina en el ejercicio profesional de la docencia, de esa parte de ella que antecede la lección y la sucede, percibo el cambio del ritmo, la relatividad del tiempo, las coordenadas que no pueden ser paralelas asintóticas, pero que no dejan de revolverse en el empeño, las velocidades diversas, los destinos diferentes, la imposibilidad del común origen no dejan de ejercer la presión que invita al habitante de tu individual campanario en los misterios del compás que une su ritmo cuántico con la armonía de estallamientos de los universos múltiples. Paradoja: el imposible descanso personal en el encuentro de los nuevos y viejos universos. ni mas rápido el trabajo, ni mas lento el descanso, solo así.Xss