De lo que no se dan cuenta los diputados

¿Qué clase de diputados federales tenemos en México? No se dan cuenta de que mediante albazos es imposible modificar una realidad que desborda, por mucho, su miope interpretación de lo que es la ley y el orden que tanto ponderan. Desconocen que antes de la aplicación de una ley absurda se debe transitar por la canalización de la protesta social, resolviendo los problemas. ¿Qué pretenden lograr amordazando los justos reclamos de una población indignada ante tantos atropellos? Deberían pensar un poco en lo que estarían provocando, si finalmente se concreta la ley de manifestaciones públicas del Distrito Federal, aprobada en comisiones por PRI, PAN y PVEM.

¿Tanta indignación social será encapsulada con su ley? Además de entrometerse en lo que debiera ser decisión de los habitantes de esta ciudad y sus órganos legislativos, al coartar las libertades conquistadas por miles de mexicanos en diversos episodios, dan marcha atrás ignominiosamente, al reloj de la historia. Subidos en su pedestal, nuestros gobernantes y legisladores vienen actuando una y otra vez contra el pueblo al que representan y no quieren darse cuenta de que el horizonte debiera ser, como decía Thoreau, la justicia antes que la ley. Máxime cuando ésta es absurda. Qué pena. En lugar de avanzar, retrocedemos. No lo permitamos.