Nubes
Re-creo


Alexander Hernández Simón Devenir


Al filo del fuego

Alexander Hernández Jesús Devenir (2011)

Jamás pensé que fuera así el final. Los cigarros se me han caído varias veces de la mano, hacía poco mi novio me había preguntado que si yo fuera un periodo de la historia cuál me gustaría ser, y estúpida e irónicamente, contesté ser éste, el final. Quería saber cómo acabaría la humanidad, cómo sería sentir esta sensación que me embarga en este momento, saber que toda la especie humana junto con su memoria perecerán para siempre, ¡Y veme ahora! Recojo de nuevo los cigarros, y enciendo uno con dificultad. Daniel sube con los pocos hielos que quedan, nos hemos acabado en tres días todos los que almacenamos por meses. Estamos en la azotea de su casa en su pueblo natal, aquí decidimos vencer el temor y esperar el fin. Me da miedo que no haya nada después de que todo acabe. Que no haya nada después de la muerte. El pueblo es pequeño, mucha gente que estaba en el norte regresó para las despedidas, así fue como regresó toda mi familia y la familia de Daniel, pero yo preferí estar con él. El dinero ahora no importa, todos gastan y quieren realizar lo que en toda una vida no hicieron, amar lo que no amaron, yo en cambio, hago lo mismo que hiciera muchas noches, contemplar la luna y tomar cualquier variante de alcohol. Esta noche whisky. En una noche normal nos acompañarían los abuelos de Daniel, pero ahora en el fin del mundo están en el templo orando. Por el incremento del calor debido a las radiaciones solares, el agua se evapora y todo el ambiente es húmedo, mi trago se calentó demasiado pronto. ¿Sigues fumando con este pinche calor? ¡Ya ni la chingas!, Daniel interrumpió mis ideas. Es para darme valor, le dije. ¿Más valor del que yo te doy? me preguntó. Yo sentía tanto calor que solo moví la cabeza como para decir “no”, que solo él me daba el valor suficiente para afrontar el final. Recordé que cuando yo había contestado que quería ser este momento de la historia, Daniel había elegido ser el origen, ver cómo había comenzado todo. Daniel me abrazó, la luna brillaba roja de manera espectacular. Hacia justo un año que había comenzado el fin del mundo con una logística sin antecedente. Daniel sudaba, sentí su cuerpo, su aliento, su ternura, sobre todo su calma. Habían pronosticado el fin a las 09:15 a eme de mañana, pero durante el día y lo que va de la noche, esa cita se ha ido adelantando hasta quedar a las 2:00 a eme —según los científicos—, hora en que todos quedaremos rostizados como los pollos. El hielo en mi trago se deshizo de manera inmediata. Dejé de tomarlo cuando lo sentí muy caliente, ya no quiero fumar, un calor me aprisiona, un calor aprisiona el espacio, el whisky de Daniel ha comenzado a hervir, solo siento su mano apretando la mía y escucho sus palabras “quiero otro whisky”, las campanas del templo se escuchan con mayor fuerza a la distancia.

Alexander Hernández Simón Devenir
Egresado de Comunicación de la Universidad Anáhuac y maestro en literatura mexicana por la Universidad de Guadalajara.

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