Armando Meixueiro Hernández
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
César se despierta diariamente con un noticiero. En realidad la primera voz humana que sale del radio es la del cubano Trespatines y la Tremenda Corte, que incluso la escucha ya iniciado el programa, casi siempre en la parte en que el secretario grita:
—¡Venga la sentencia!
Después viene el noticiero. Es 8 de julio del 2013 y la Selección Mexicana de fútbol perdió con el equipo representativo de Panamá. Las otras noticias malas vienen por las elecciones locales en más de diez estados de la República. Los presidentes de los tres partidos mayoritarios entrevistados dicen prácticamente lo mismo:
—Ganamos.
César apaga la radio después de escuchar que menos del 40 % de la población salió a emitir su voto. ¿Quién “ganamos”? Se pregunta al aire y comienza a consultar el periódico en internet antes de ir a una junta escolar.
Se detiene en una nota “Elecciones fallidas y oposición democrática” firmada por John M. Ackerman:
“Lo verdaderamente importante para el avance de la democracia no es la supuesta efectividad tecnocrática gubernamental o el cumplimiento de compromisos vacíos, sino la fortaleza de la oposición política.”
¿Cuál será la fortaleza de la oposición política en México?; O mejor: ¿cuál es la oposición en México? Se vuelve a preguntar y para no entrar en colapso emocional (como le ha dicho su novia), decide cambiarse al Facebook. La evasión para muchos es la respuesta. Sin embargo, ahí también se encuentra a las elecciones donde ya, abiertamente, muchos comentarios hablan de la presencia de Organizaciones Delictivas en los procesos electorales y dan testimonios.
Dos semanas antes había programado reunirse con su jefe de enseñanza en la secundaria para ir preparando el curso del siguiente año. El profesor Ernesto, un maestro con mucha experiencia docente y que además es una persona con la que se puede desayunar y platicar de cualquier tema.
César está a punto de salir cuando suena su celular:
—Oye César, no sé si ya te enteraste. Nos corrieron del trabajo.
—¿Nos corrieron? ¿A quiénes? ¿Cuándo?
—A los jefes de enseñanza
—¿Cómo profe y por qué? ¿Después de tantos años de trabajo?
—Me preguntas sobre el pretexto o sobre el hecho.
—Ya para qué le pregunto. ¿Y quién va hacer la labor técnica que ustedes hacen? ¿Hay algo que podamos hacer? ¿Ya fueron al Sindicato?
—Ese ya no sirve de mucho. Los compañeros tienen miedo y otros están apáticos. Y hay hasta quién ha comprado el discurso oficial que proyectan los medios de que los maestros son los culpables de casi todo en este país.
—A mí se me hace que esto es el inicio de algo feo.
—A mí ya me tocó.—dice Ernesto poco antes de colgar.
El profesor César, ya sin motivo para salir a la calle, se quita la chamarra, piensa en las noticias y la llamada que acaba de recibir. Recuerda que el microcosmos escolar reproduce el macrocosmos social: las mafias del narco apoderándose del gobierno de los Estados de la República; igual que las mafias educativas apoderándose de las instituciones escolares. Y, entonces, le hacen mella otras noticias de las que se ha enterado: Dos directivos de una escuela privada son despedidos injustificadamente (" no tenían el perfil para los nuevos proyectos escolares"); uno, el director de la preparatoria con 7 años de antigüedad; la otra persona, directora del preescolar con 22 años sirviendo a esa institución.
Por otro lado, en una universidad pública estatal, César se enteró del intento de humillación que sufrió una sustentante en su examen profesional de maestría orquestado por una sinodal que incluyeron de último momento, y que, obviamente, no había leído la tesis, pero que desplegaba ominosamente diatribas cargadas de prepotencia y vejación.
César regresa a su computadora y revisa sus correos. Se repite: “Las mafias educativas apoderándose de las instituciones escolares”
Por fortuna, mientras recibe un correo de invitación a colaborar en la edición de Pálido punto de luz sobre el tema “Educación ciudadana: entre el miedo, la apatía, la descalificación y la represión”, ve el mensaje de un entrañable amigo veracruzano, Helio García-Campos, que contiene un video colmado de esperanza. Escucha la melodía y, conmovido, encuentra suficientes motivos para escribir…
Armando Meixueiro Hernández
Director de Pálido Punto de Luz
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
Director de Pálido Punto de Luz