Jesús Caballero y Díaz
Facundo
Anoche soñé que estaba solo,
Ahora se que no solo la soledad me acompañaba.
Ese Ricardo que dices Facundo
Que cuando nací me fue dado
Volvió a hacerse presente
Y en su compañía
Te saludamos hermano
Recordando todos los buenos tiempos
Que nos ha regalado tu alegría
Tu onomástica facundia.
Mi conciencia se extiende hasta la tuya
Y ambas se elevan al cuadrado,
No me cabe la menor duda
Que contigo, con Alberto
Y todos los poetas y artistas de este tiempo
Algo hacemos para que florezcan los desiertos,
Disminuyan los bombardeos,
Revivan los niños muertos del medio oriente.
Si algo falta para compartir el bien con los desdichados
Nada debe sobrar para lograrlo
Bien haya por el encuentro primero de hace mas de treinta años
Y estos tantos de tu compañía.
Hoy desperté con tus recados
Y tu vieja y nueva simpatía,
Te fuiste Facundo
Sin mi consentimiento
Pero volviste en mis sueños
Empatando vida y muerte
cuando descubrí que aquí estabas
Que, Facundo sin mirarme sonreías
Esperando en el andén
Invitando a acompañarte.,
Y fui a hacerme presente
A gozar su compañía
A gritarte: ¡ ey, hermano!
Aquí traigo la guitarra que olvidaste el otro día,
Aquí tengo yo los versos que en vida ya te debía.
Facundo
Contestaste cantando y te escuchaba::
Encontrarte cara a cara
Es hallar a la comparsa
Que revive en sus encuentros la alegría
La sazón, la feroz picardía, el buen gusto
De una charla generosa que bendice tiernos vinos
Empatando vida y muerte.
Jesús:
Solo me adelanté hermano
No fue mi gusto,y ni el tuyo.
Facundo, recuerdas:
Te sonreías y tus cristales oscuros
Brillaron con tu facundia.
Cantabas.
Yo ya llegué, Jesús a la flor de tu desierto
Aquí viven los muertos niños del medio oriente,
Aquí comparto su dicha,
De no sentirse olvidados,
De ya no ser bombardeados.
¡Ah! y te mandan un recado
No te precipites hermano
Que aquí no hay ninguna prisa,
Aquí estamos, te esperamos
Ya te llegará tu día.
Desperté yo muy temprano
A acompañar a mi suerte
El buen Facundo me espera
Con la guitarra en la mano
Y el verso fuerte en la boca,
Es tiempo de volver a oírte
Y a cantar con tus canciones.
A dos años de su adelantamiento
9 de julio de 2013
Jesús Caballero y Díaz
Maestro y formador de docentes
Querido maestro, está muy sincero y sentido su poema y es lamentable la pérdida de la bonhomía del maestro Cabral ,el pertenece al distinguido grupo humano de los artistas y debemos de considerar que la muerte quizás sea el principio de algo diferente lugar lleno de dicha donde todos tendremos que llegar ,jamás a nuestra propia voluntad sino al tiempo que ella lo desee y nunca a nuestro propio gusto lo felicito porque descubrió un lugar llamado la Estación plácida sala de espera para gentes distinguidas lugar a donde todos llegamos y se nos dará el boleto del pasaje a la continuación de la Vida, armémonos de paciencia pues ahí nos esperan todos a los que amamos.