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Deserciones

Afilar las garras al Puma

Joel Ortega Juárez


Corrupción y Cleptocracia

Los casos de corrupción de la cleptocracia son infinitos. Los apellidos Granier, Sabines, Góngora, Femat, Gordillo y Romero Deschamps se suman a miles del pasado reciente y lejano. Priistas, panistas, perredistas, los del resto de la chiquillada como los “niños verdes” y Dante Delgado; toda esta putrefacta partidocracia expresa con tremenda realidad el modelo capitalista mexicano. Algunos lo llaman “capitalismo de compadres”.

Es un modelo totalmente asociado al trípode: corporativismo, estatismo y demagogia, contenida en el credo de la “Revolución mexicana”; aunque a muchos les pueda disgustar ésta tesis. Lo cierto es que la hegemonía ejercida por el priato, antes y ahora, descansa en buena medida en el credo del nacionalismo revolucionario, que sigue siendo muy vigoroso, como lo prueba la encuesta reciente del CIDE, donde 65% rechaza la privatización de Pemex y un 47% la del sector eléctrico. No importa, para efectos de éste texto, si la privatización es una realidad en la propuesta de Peña Nieto o constituye una hábil manipulación de los nacionalistas-estatistas; lo significativo es el inmenso apoyo que tienen esas ideas en dos terceras partes de la sociedad.

Con esa cultura dominante fue posible consolidar un sistema que ha dado un resultado desastroso en términos de desigualdad. Como se ha publicado recientemente, según la firma investigadora WealthInsight, existen en México 252 individuos con más de 100 millones de dólares por cabeza; 2 mil 540 tienen 364 mil millones de dólares y el conjunto de millonarios mexicanos es de 145 mil. Todo lo anterior, en un país con casi 60 millones de pobres y más de 20 millones de miserables.

Ese “modelo” ha existido desde los inicios del Estado “revolucionario” en los años 20 del siglo pasado. No es único del “modelo neoliberal” como dicen los priistas y perredistas estatistas y “nacionalistas revolucionarios”; entre quienes se encuentran miles de millonarios, casi todos con fortunas gestadas desde los cargos públicos que han ostentado por decenios.

En suma, la corrupción y la cleptocracia no se van a terminar con “operaciones “ espectaculares como los encarcelamientos de Gordillo y Granier, o los del pasado como los de La Quina, Díaz Serrano, Vivanco, Raúl Salinas y el resto de chivos expiatorios; su existencia está vinculada al régimen en vías de restauración de Peña Nieto y el Pacto por México.

México no es una isla. Como ya ocurrió con el 132, la voz das rúas resonará también aquí.

2013-06-29

Joel Ortega Juárez
Economista y pensador social

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