Orientación educativa

Sentido Común

Hernán Sorhuet Gelós


Por el buen camino

Llama la atención la baja percepción que se advierte en las comunidades que habitan la región platense, del peligro que acecha a su ecosistema predominante: el pastizal, que forma parte del bioma pradera.

La ancestral tradición ganadera se ha visto dramáticamente perturbada en las últimas décadas, por la expansión de la forestación y de la agricultura (especialmente sojera). Este cambio profundo en el uso de la tierra tiene un impacto directo en los pastizales, provocando pérdidas de diferente naturaleza, que no se perciben desde los centros urbanos—donde se concentra la inmensa mayoría de la población.

Para tener una idea de lo que ha sucedido recordemos que, de las 100 millones de hectáreas que incluían los pastizales de la región hoy sobreviven la mitad. Y la presión se mantiene tan elevada que cada año se transforma cerca de un millón de hectáreas de pastizales.

¿Por qué esta situación debe preocuparnos -sin desconocer que la productividad actual de los campos genera riqueza y trabajo?

Porque la tendencia es a olvidar que la presencia de las praderas significa mantener su elevada capacidad para el secuestro de carbono (combatir el efecto invernadero que está afectando al planeta); la protección de cuencas hidrográficas y zonas de recarga de acuíferos; su papel fundamental en la conservación del suelo y de la diversidad biológica (incluyendo banco de semillas de gramíneas naturales); el potencial turístico que incluye ofrecer amplios ambientes para la recreación y el disfrute de la tranquilidad del campo. Todo esto sin olvidarnos de su importancia cultural, en el mantenimiento de costumbres y manifestaciones populares fuertemente enraizadas en nuestros pueblos.

Como vemos, se trata de un aporte integral  que merece ser analizado con detenimiento y responsabilidad.

Resulta esperanzador el trabajo que vienen realizando algunos gobiernos de la región, conjuntamente con organizaciones sociales y sectores académicos, para reenfocar la producción y el uso de estos ecosistemas tan productivos de la región, hacia modelos sustentables y equitativos.

Está en marcha el Proyecto Incentivos a la Conservación de Pastizales Naturales del Cono Sur, lanzado por Alianza del Pastizal, integrada por los gobiernos de Paraguay y Uruguay, del Estado de Río Grande del Sur de Brasil y por las Provincias argentinas de Entre Ríos, Santa Fé y Formosa.

El proyecto promueve que los productores rurales que conservan fracciones de pastizales naturales en buen estado de conservación cuenten con beneficios en la forma de incentivos, a través de una herramienta llamada ICP (Índice de Conservación de Pastizales Naturales del Cono Sur).

La intención es proteger los servicios ecosistémicos (científicamente probados) que realizan los pastizales naturales (conservación de suelos, mantenimiento de fuentes de aguas limpias y reguladas, minimización de inundaciones y sequías, aporte de biodiversidad, control de plagas para cultivos, entre otros).

Lo más importante de lo ocurrido con esta iniciativa es que los gobiernos de la región dieron un paso decisivo de la retórica conservacionista a la acción.

Ese es el camino.

Columna publicada en el diario El país de Montevideo el 3/7/2013

Hernán Sorhuet Gelós
Destacado conferencista y escritor uruguayo. Educador, comunicólogo y periodista ambiental. En su vasta obra de libros de Educación Ambiental para niños, incluye temas como el cambio climático, la biodiversidad y los residuos sólidos.

Agregar comentario